Festival de Getxo, 4 de julio de 2016

Ainara Ortega "Scat". Plaza de la estación de Algorta, 19:00.

 

Hoy se presenta un grupo local, con músicos de la tierra, acompañando a la prometedora cantante Ainara Ortega. Se nota en el cariño que le dispensa el público que se deja seducir por un repertorio para todos los gustos, jazzísticos o no, y que Ainara desgrana con solvencia y con una bonita voz. 

Daadoud Salim. Plaza Biotz Alai, 21:00.

 

Se presenta en el concurso de grupos el quinteto de Daadoud Salim, de apellido ilustre, no en vano es hijo del que fuera saxofonista del trío de Lou Benett. Recuerdo conciertos del estrafalario saxofonista que me hicieron vibrar, tal como hizo anoche su hijo, muy bien acomapañado por Bruno Calvo, excelente trompetista, Pablo Martínez, tremendo con el trombón, el solvente bajista Hendrik Müller y la impecable e implacable baterista Sunmi Hong. Aunque a estas horas ya sé que han ganado el concurso de grupos, tanto el del público, premio Juan Claudio Cifuentes, nuestro añorado Cifu, y el del jurado y que el propio Daadaoud ha recibido el de mejor solista, al empezar el concierto ya nos dimos cuenta todos de que estos chicos ya juegan en la división de los mayores. El público se entregó al concierto más creativo que escuchamos en las primeras partes de las noches de Biotz Alai. Habrá que seguirlos a todos de cerca. Enhorabuena a Daadaoud y a los suyos.

Dee Dee Bridgewater quintet. Plaza Biotz Alai, 22:30.

 

Los adjetivos se quedan cortos cuando se habla de Dee Dee Bridgewater, al menos los míos. Esta extraordinaria cantante no defrauda nunca y se ha convertido, con permiso de otras aspirantes, en la referente entre las vocalistas de jazz. Una de las cosas que mayor respeto me merece de Dee Dee es que realmente es un músico más de su quinteto, la que da la cara y pone la voz, con todo lo que ello supone, pero en sus actuaciones no les come espacio a sus acompañantes sino todo lo contrario. Acudir a un concierto de una cantante y poder deleitarse con los solos de los músicos que están sobre el escenario es menos habitual de lo que a uno le gustaría y en el caso de Dee Dee eso está garantizado. Es por eso que se puede hablar con propiedad de un quinteto y no de una solista con acompañamiento. Destacó especialmente el trompetista y director musical Theo Crocker, con su particular apariencia pero con una forma de tocar la trompeta absoultamente impecable, sin estridencias y con un gusto exquisito. Más comedido estuvo el saxofonista Irvin Hall, con un sonido personal y con una fraseo de blues de lo más clásico. La base rítmica de muy alto nivel, con Eric Wheeler al contrabajo, Kassa Overall a la batería y Michael King al piano. Los dos bises que nos regaló Dee Dee con el público bailando y puesto en pie, demuestran lo que fue el concierto.